- Innovación
Innovar en las administraciones públicas: una responsabilidad
El 21 de abril es el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación. Un buen momento para reivindicar que la innovación no es sólo cosa del sector privado y la competitividad: también es esencial para las administraciones públicas aunque aparentemente no tener competidores. Y no sólo deseable, sino absolutamente imprescindible, pese a la aversión al error. Como dice el dicho popular: "sin romper huevos no se hacen tortillas".
Nos encontramos en un entorno cambiante con muchas incertidumbres donde la sociedad cambia rápidamente y las expectativas de la ciudadanía evolucionan a diario. Ante este escenario, las administraciones no pueden quedarse atrás. Innovar no es un lujo, es la única vía para seguir siendo útiles y relevantes. Es el camino para garantizar servicios públicos de calidad, accesibles, eficientes y pensados para las personas.
A menudo, cuando hablamos de innovación, sólo pensamos en tecnología. Pero la innovación pública va mucho más allá: es cambiar la forma de pensar, de trabajar, de resolver problemas. Es poner a las personas en el centro, escucharlas, entender sus necesidades y cocrear soluciones que realmente aporten valor.
Innovar implica repensar los servicios públicos, cuestionar lo que hacemos "porque siempre se ha hecho así", colaborar entre administraciones y experimentar con valentía. Y esto no puede hacerse sin una metodología clara y una cultura que favorezca el aprendizaje constante, el error como fuente de mejora y el trabajo transversal.
En la AOC hace años que apostamos por esta forma de hacer. Por eso hemos desarrollado una receta propia para innovar los servicios públicos digitales, una metodología que combina el modelo del “Doble Diamante” con los principios del “Lean Startup”. Es una fórmula flexible y adaptativa que parte de una premisa clara: la innovación no puede ser improvisada, pero tampoco puede quedar encorsetada por la rigidez burocrática.
Esta receta pasa por cuatro fases:
Este enfoque permite construir servicios públicos digitales que sean realmente útiles, escalables y sostenibles. Y lo hacemos desde el rigor, pero también desde la pasión por transformar la administración y acercarla a la ciudadanía.
Esta visión no es sólo teoría. Las administraciones públicas catalanas llevan años demostrando que la innovación digital es posible y real. Y no sólo estamos avanzando: Cataluña lidera la transformación digital en todo el Estado español y supera a la media de la Unión Europea en la gran mayoría de indicadores digitales.
Un ejemplo claro es el uso de servicios comunes como el e-TRAM, el e-NOTUM o VÍA ABIERTA, que facilitan trámites, notificaciones electrónicas y el intercambio de datos entre administraciones. Gracias a esta apuesta colectiva, los ayuntamientos catalanes son los que utilizan más intensamente los servicios digitales en el ámbito estatal, como recoge el estudio de la AOC publicado este 2025.
Además, según datos de la Comisión Europea, Cataluña supera la media europea en el 87,5% de los indicadores de la Década Digital: servicios públicos digitales, conectividad, competencias digitales y uso de tecnologías por parte de empresas y administraciones.
En definitiva, innovar no es ni una moda ni una opción. Es una responsabilidad. Porque detrás de cada trámite más fácil, de cada servicio digital mejorado, hay una persona que gana tiempo, que entiende mejor lo que le ofrece la administración y que se siente mejor atendida.
Por eso, este 21 de abril, celebramos la creatividad y la innovación como motores de cambio real en las administraciones públicas. Y animamos a todas las instituciones a sumarse a esta transformación, porque una administración más innovadora es una administración más humana, más cercana y más preparada para encarar los retos de nuestro tiempo.